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Mostrando entradas de febrero, 2018

Recuerda peque siempre, que tú ya eres amada.

Ser el único quiero, que te ame susurró, y entretanto abrazados, los cuerpos se fundían, y de la incauta tarde, brotó la perfección, avivando el silencio, de ávidas mariposas. Sus suplicantes ojos, aún algo azorados, de besarme acababan, expiando al primer beso, fin del atardecer, de un mundo detenido, callando sus palabras, ya todo era perfecto. Yo no quiero que seas, el único que me ame, respondí algo atrevida, pues amada yo ya era, involuntariamente, la mención de mi madre, borró la confusión, de su dócil mirada. Surgieron sus abrazos, cálidos y especiales, y aunque cierto últimamente, que bien no la aguantaba, su forma de cuidarme, quererme y desvelarse, no, no podía ser, el raro que me amara. Pues yo ya era muy amada, y recordé a mi padre, otros ojos lozanos, que de amor rebosaban, cuando los sorprendía, a veces con cariño, pues un poco arisca era, poco al afecto dada. Sé que ellos me conocen, inclusive alejándome, cua

Te quiero.

Quiero que estemos así, amándonos en silencio, que todos lo sepan, que todos lo vean, y decirte te quiero cada día, con palabras, con gestos, con versos. Quiero que permanezcamos en este sueño, en el que sólo estamos tú y yo, y venzamos el calor de la mañana, la envidia del amanecer, y la lujuria de la noche. Quiero soñar que te tengo, que este momento durará siempre. Resulta tan difícil decir te quiero, parece que esta palabra se la lleva el viento, que a la vez que nace se maldice, que a la vez que suena se destruye. Es como si todos los océanos, estallaran en un maremoto de celos, que al oír el viento mis palabras, se las llevaran huracanes, oleadas de aburrimiento. Resulta tan temerario amarte, y temer que las mareas se lleven mis besos, resulta tan sencillo estar aquí, estar aquí, contigo. No quiero que este instante que crece, muera con el tiempo o el olvido, no quiero que este s